Información Estratégica
EDITORIAL: 7 de octubre de 2024

Ein davar. Tov lamut be’ad hartzeinu” (“No importa. Vale la pena morir por nuestra patria”). Estas fueron las palabras pronunciadas por Iosef Trumpeldor el 1 de marzo de 1920 antes de morir defendiendo el asentamiento Tel Jai en Galilea.

En este primer aniversario del ataque terrorista perpetrado por Hamas el 7 de octubre de 2023, sus palabras nos recuerdan la importancia de la autodefensa para la sobrevivencia del proyecto sionista. En palabras de Jabotinsky, “la grandeza de Trumpeldor no consiste en que los árabes lo mataran, sino en que defendió el Yishub y mató a muchos asesinos antes de caer él mismo”.

En “Aniversario de Tumpeldor”, escrita en yiddish el 2 de marzo de 1929, Jabotinsky expresaba:

“Que la moda de atacar y asesinar a los judíos aún no ha desaparecido de la faz de la tierra no puede discutirse, incluso los ciegos pueden verlo. Sólo queda una pregunta: ¿cuál es la mejor manera de hacer frente a esta moda? No hay que olvidar que incluso a los adversarios de los métodos de Trumpeldor no les gustan los pogromos y buscan medios para evitarlos. Estas personas piensan que el mejor medio no es responder con ‘ojo por ojo y diente por diente’. En tales asuntos están de acuerdo con grandes y refinados pensadores como Tolstoi y Gandhi que dicen que poner la otra mejilla ejerce más influencia sobre el peor enemigo que la mano dura. Se trata de una teoría bonita y delicada, pero eso no significa que sea cierta. La mejor prueba de ello está ante nuestros propios ojos y se llama la historia de los Galuth. Es cierto que la gente no ha intentado llevar a la práctica las teorías de Tolstoi. Nosotros los judíos lo hemos intentado. No sólo lo hemos intentado, sino que lo hemos llevado a cabo sistemáticamente con una paciencia sobrehumana a lo largo de muchas generaciones. El carácter de los seres humanos no es blanco ni negro. Es sólo producto de las circunstancias entre las condiciones del apetito y la posibilidad de satisfacerlo. Los seres humanos tienen deseos y tratan de saciarlos por la vía de la ‘menor resistencia’. Si la resistencia es demasiado grande, la mercancía no merece la pena y ahogan sus deseos. Pero cuando ven que no hay ninguna resistencia – dicen, esto es permisible, y el deseo aumenta”.

En este último año Israel ha dejado en claro al mundo que va a resistir con todas sus fuerzas a los ataques de sus enemigos. Los llamados a la vía diplomática y al desescalamiento no son más que otra instancia más de robar a Israel de una victoria que su pueblo y que Occidente necesitan.

Los terroristas aún mantienen 101 rehenes en cautiverio, y nada se sabe ni de su estado ni su paradero. Es poco lo que hace la ONU al respecto; sus autoridades están más preocupadas de borrar las huellas de su colaboracionismo con el terrorismo palestino.

El futuro de Israel hoy depende de esos jóvenes que siguen los pasos de Trumpeldor y combaten valerosamente en los frentes de batalla.

En este primer aniversario, valga un saludo a esos jóvenes combatientes, soldados de Israel e hidalgos de un Occidente que despierta nuevamente.

¡Kadima!

No debería sorprender que medios internacionales como The Associated Press y The New York Times hayan decidido cubrir el ataque ocurrido la otra noche en un estadio de futbol de Ámsterdam como si fuera el resultado desafortunado de la conducta de los aficionados israelíes antes y durante el partido de fútbol. Si todo lo que se leyera fueran esos informes iniciales, se podría llegar a creer que fueron los israelíes quienes empezaron el conflicto, o que al menos se merecían el ataque. Lo que los periodistas y los medios de comunicación no entienden es que se trataba de un ataque contra aficionados israelíes, pero no perpetrado por hooligans del otro equipo. El propio Ajax es un equipo amigo de los judíos: a los seguidores del Ajax de Ámsterdam se les llama cariñosamente (y a veces no tan cariñosamente) “superjudíos”, y el Ajax es considerado como el “equipo judío”, por lo que no tendría mucho sentido que los seguidores del Ajax atacaran a judíos o israelíes por su etnia, aunque fueran seguidores de un equipo contrario. No, esto fue más sencillo: según los relatos de testigos y víctimas, se trató de un ataque de comunidades inmigrantes musulmanas contra israelíes y judíos. El académico David de Bruijn, profesor en Filosofía criado en Países Bajos, opina sobre lo ocurrido el otro día en Ámsterdam para The Free Press.
Se demoniza a Israel cuando se la presenta como un mal histórico singular. En realidad, la creación de Israel fue típica de la época. Los hechos históricos demuestran que, a diferencia de Estados Unidos, Australia o los países sudamericanos, Israel se fundó como un Estado poscolonial, no colonial, establecido legítimamente en virtud del derecho internacional tras la retirada de la Gran Bretaña imperial. Lamentablemente, durante el resto del siglo XX y lo que llevamos del XXI, los territorios palestinos e Israel –junto con Irak, Siria, Líbano y Jordania– se han visto acosados por los típicos problemas poscoloniales de rivalidad étnica, expulsión y disturbios, y ahora guerra. De hecho, aparte de la singularidad de la antigua historia judía, el Holocausto y el volumen de migración de la diáspora, sólo dos cosas fueron excepcionales en el nacimiento de Israel. En primer lugar, se concedió la plena ciudadanía al 50% de la población árabe que había permanecido dentro de sus fronteras. En segundo lugar, a pesar de su desorden, se convirtió en una democracia liberal con una economía fuerte, lo que la hizo única en la región.
Barack H. Obama llevó adelante su campaña para la presidencia en 2008 criticando el intervencionismo exterior de la administración de George W. Bush, quien solo a unos pocos meses de asumir debió enfrentar el brutal ataque terrorista del 11 de septiembre. Una vez en el gobierno, Obama fue degradando de a poco todas las defensas que Estados Unidos y Occidente fueron montando en la postguerra en defensa contra las tiranías marxistas y la sedición que sus agentes propagaban a lo largo y ancho de todo el mundo libre. El ápice de esta estrategia se produjo en 2011, en medio del conflicto en Libia, cuando uno de los asesores de Obama dijo que la estrategia de su gobierno en Libia era “liderar desde atrás”. En efecto, el gobierno estadounidense dejó la seguridad de sus diplomáticos en manos de milicias locales. El resultado fue el asesinato del embajador en Trípoli. Obama hirió de muerte la “Pax Americana”, degradando la voluntad occidental de defenderse de su enemigo histórico. En lugar de enfrentarlo, nuestros gobernantes se han caído en la autocomplacencia y la explotación de las divisiones internas con fines electorales de cortísimo plazo. Llegó el momento de que Occidente empiece a liderar nuevamente el camino de las libertades. Por la razón o por la fuerza.
Fernand Braudel (el escritor) entendió bien el conflicto vivido por España cuando decidió y llevó a cabo la expulsión de los moriscos, primero de Granada y después de todo el país: se trataba de responder de la forma más radical posible a una minoría inasimilable, que se resistía a la integración y cuyos lazos y connivencia con el enemigo del momento, nada pasivo, eran bien sabidos. Si alguien, con ingenuidad encomiable o mala fe manifiesta, se escandaliza obstinándose en juzgar el pasado con las anteojeras de nuestra contemporaneidad, bastará recordarle que por aquellas fechas –el siglo XVI– en el norte de África ya no quedaba más población cristiana que los cautivos apresados por los piratas, pues iba ya tiempo –más de cuatro siglos– que los autóctonos habían sido inducidos, cuando no forzados, a islamizarse, en tanto las culturas locales (beréberes y neolatinas) eran aplastadas y suplantadas por la civilización árabe urbana, dejando al mundo beréber aislado en las montañas; vale decir fuera de la Historia. Y si en algún instante aflora (almorávides, almohades) es como vehículo y propagandista de la cultura árabe-musulmana dominante.
Según un experto, del ataque aéreo de Israel a Irán del 26 de octubre, queda claro que “las defensas antiaéreas de Irán son vulnerables a una tecnología de ataque superior. Son insuficientes para proteger el espacio aéreo iraní de adversarios mejor equipados, Israel en particular. Esos sistemas no son fáciles de reemplazar. Irán probablemente tiene algunas redundancias, pero, aun así, Israel podría haber allanado el camino para que futuros ataques sean más fáciles y menos restringidos”. Mientras que Israel debe gran parte de su destreza militar a la ayuda estadounidense, Irán ha dependido sobre todo del desarrollo tecnológico interno y del apoyo de Rusia y China. La reciente exposición de las vulnerabilidades de Irán hace cuestionar los límites y beneficios de su alianza con Rusia y China.
Hamás hubiera podido salvarse entregando a los rehenes. Pero contrario a lo que la prensa occidental intenta propagar, Hamas no está actuando en defensa del pueblo palestino. Por el contrario, es una fuerza mercenaria al servicio de los intereses militares, económicos y culturales iraníes. A Irán le sirve involucrar a Israel en una guerra extendida que debilite a su sociedad y su economía. Es por ello que debilitado Hamas, activó a Hezbolá y, debilitado este último, se vio forzado a intervenir. Con la muerte Yahya Sinwar, hoy ya no es posible que Irán esconda su mano. Su liderazgo puede ser la próxima víctima de esta guerra que viene perpetrando contra occidente por casi medio siglo.
Pocas semanas después de concluida la Guerra de Yom Kippur, la entonces primer ministra Golda Meir dijo: “Se nos perdonarán muchas cosas, pero una no: la debilidad. En el momento en que se nos perciba como débiles, se acabó”. En la misma línea, Moshe Dayan dijo: “Nos hemos basado en el hecho de que tenemos poder de disuasión respecto a los árabes. Temo mucho que surja entre nosotros la idea de que seremos la parte disuadida, que temeremos la confrontación con los árabes y entraremos en una psicosis de disuasión inversa”. Estas palabras resuenan con fuerza, hoy día cuando muchos comentaristas afirman que Israel carece de un plan claro para “el día después” de la conclusión de la Guerra de las Espadas de Hierro. Argumentan que, debido a esta supuesta carencia, Israel no podrá aferrarse a sus logros militares durante la guerra, que seguirán siendo meramente tácticos. Pero Israel no está jugando a corto plazo. Más allá de sus objetivos bélicos declarados, Israel aspira a crear una nueva realidad de seguridad en la región debilitando a Irán y a sus proxies y restableciendo la tan necesaria disuasión.

NUNCA VI, NUNCA IMAGINÉ UN HORROR ASÍ

Testimonio directo de una forense uruguaya-israelí sobre las atrocidades de Hamás

"Israel en Medio Oriente"

Un video realizado por el Foro Argentino contra el Antisemitismo (FACA), por Julián Schvindlerman.

Que ninguna mujer tenga que volver a enfrentarse a un terrorista enmascarado

 

PALESTINOS Y ONU: EL NEGOCIO DE LOS REFUGIADOS

 

EXPERTO ALERTA SOBRE PRESENCIA DE IRÁN EN REDES CRIMINALES EN LA REGIÓN

En visita a Uruguay, el periodista y consultor Douglas Farah explicó que la región estaría transitando lo que él denomina la tercera ola del crimen organizado.

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